Se cumplen 10 años del trágico temporal que se llevó vidas y bienes en Sierras Chicas
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“Ante la gravedad de la situación que afecta a Sierras Chicas y el Valle de Punilla, el gobernador, José Manuel de la Sota, está al frente de las tareas instruyendo a sus ministros en los trabajos de asistencia para cada una de las localidades afectadas por el temporal y de las familias evacuadas”, decía la gacetilla de prensa del Gobierno de Córdoba fechada el 15 de febrero a las 16:04.
“Las crecidas en los arroyos y ríos de los mencionados valles superan crecidas de más de 300 milímetros y se espera para las próximas horas que algunos de ellos tengan medidas superiores a la mencionada”, agregaba el informe.
“Entre las localidades que están más afectadas están Jesús María, Ascochinga, Juárez Celman, Río Ceballos, Villa Allende, Unquillo y Mendiolaza, La Granja, La Pampa, en el Departamento Totoral”, era el primer balance de aquel momento.
Ya en la noche del domingo se conoció la primera referencia del Jefe de Estado cordobés sobre el temporal. En una conferencia de prensa en la Dirección Provincial de Aeronáutica, el gobernador habló sobre los hechos. En ese lugar se había conformado el comité de crisis integrado por ministros, Defensa Civil, Policía, Bomberos y técnicos del Servicio Meteorológico.
José Manuel de la Sota calificó de “tsunami que cayó del cielo” al fenómeno meteorológico, por la cantidad de agua caída en pocas horas, que se concentró por sobre todo en la región de Sierras Chicas.
Las localidades más afectadas por las precipitaciones de aquel día fueron Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Río Ceballos, Agua de Oro, La Granja, Salsipuedes, Cerro Azul, Jesús María, Estación Juárez Celman, Ascochinga, Colonia Hogar y la ciudad de Córdoba.
El gobernador De la Sota y el Comité de Crisis. Foto: prensa.cba.gov.ar
Con el paso de las horas se conoció que se trataba de la tormenta más grande registrada en la provincia en 40 años. Fueron alrededor de 300 milímetros caídos en un lapso de tiempo bastante corto. Las consecuencias fueron inevitables. Los daños en la infraestructura de las zonas urbanas, la red vial, los puentes, y los servicios esenciales obligaron a una reacción inmediata para paliar la situación.
“Tuvimos varias semanas de temperaturas y humedad muy elevadas. Toda esa masa de aire caliente y húmedo se acumuló. Bastó con que se colara un frente frío como el que se volcó del oeste como para que se desencadenara una precipitación tan importante. Y por eso fue tan focalizada y en otras zonas de la provincia no llovió”, manifestó la meteoróloga Silvia Diomedi, de la Oficina de Pronóstico del Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella, de Córdoba, en declaraciones publicadas en el sitio web bomberosra.org.ar.
El temporal dejó una marca profunda en el espíritu de los habitantes de la región afectada. Pero lamentablemente esa no fue la única inundación que padeció la provincia de Córdoba en aquel momento. Sin la espectacularidad del torrente que bajaba de las sierras, en otros puntos del territorio cordobés se produjeron graves anegamientos que desnudaron las limitaciones para enfrentar esta clase de fenómenos.